Nada sino el Torbellino

Surge el torbellino desde las últimas consecuencias del contacto de tu dedo con mi consciencia, determinado e imparable como la sombra de tus alas que al final todo lo cubre.

Satisfecho y exhausto en la plenitud del vivir me deslizo en la dulce entrega a la radiante muerte, y nada sino el torbellino queda. De ahí, nada.

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