Más allá del último suspiro me espera el toque frío de tus dedos; un punto tan solo al centro de lo más yo en lo que tocas.
Es un punto que se pierde en el enorme océano del ser y el vacío único, en su nada y su todo; ese vasto mar que ni es ni no es, ni será ni nunca no será, ni fue ni dejó de ser.
Gracias